viernes, 20 de abril de 2018

el pinguino volador


El invierno estaba llegando y en la Base Artigas se preparaban para recibirlo. Marosa la foca curiosa conversaba con su amigo Borravino y una ráfaga de viento hizo que el pingüino se elevara por los aires.
Los pingüinos son aves, entonces...¿pueden volar?...
¡No te pierdas esta historia, te divertirás mientras aprendes!

Historias de Marosa, la foca curiosa: El pingüino volador

por Waldemar Fontes
Publicado en el Portal Ceibal

El viento soplaba con fuerza y Marosa estaba bien chatita, aplastada contra el suelo, detrás de las rocas, protegiéndose de la ventisca, cuando vio venir a Borravino, caminando más rápido de lo que sus piernas lo permitían, balanceándose para hacer equilibrio con su alitas bien abiertas.  
La ventisca lo arrastraba y sus patitas ni tocaban el suelo...
-¡Rápido!, ¡por acá Borravino!.  Métete aquí conmigo al cubierto de las rocas. Dijo Marosa.
-¡Uy, qué ventisca!, dijo el pingüino.  -Con un día como hoy, la gente de la Base Artigas ni se ve.
-Es cierto. Normalmente no salen con un tiempo así, a no ser que se rompa algo… Por eso hoy, el jefe les dio el día libre.
-¡Qué bueno! Los pingüinos nunca tenemos día libre…
-Las focas tampoco.  Siempre estamos trabajando en busca de comida o de un lugar donde descansar.
-Bueno, después de todo, no es tan malo.  Nosotros nos movemos por donde queremos, mientras la gente en la base, está todo el tiempo allí y a veces, ni siquiera pueden salir afuera.
-Si pobres, qué aburrido... Pero dime: ¿te vas de viaje? 
-Sí, me estoy preparando, dijo Marosa.  -He comido todo lo que pude y estoy lista para viajar, pero todavía me quiero quedar unos días más, para ver cómo se preparan en la base Artigas para recibir el invierno que se aproxima.
-Ya tienen casi todo preparado, aseguró Borravino. –En estos días llegó un avión con personas y carga y están guardando los vehículos de verano en los hangares. Hace poco, un barco inmenso les trajo combustible y muuucha mucha comida, como para todo el año…, así que: ¡están listos!.
-Sí, eso lo sé. Comentó la foca, -Sin embargo, me preocupa cómo harán para obtener agua del lago, porque ahora bajan las temperaturas y la maniobra se hace complicada.
-¡Ja ja!- Se rió Borravino, -yo me divierto mucho con eso.  La semana pasada, luego de una tormenta se les congelaron los caños y estuvieron horas trabajando para arreglarlos…  Me hace gracia verlos moviéndose y lo torpes que quedan con sus manos con guantes y con esos trajes.
-Eres muy malo, dijo la foca.  ¿Por qué ríes de ellos así?
-¿Acaso las personas no se ríen de nosotros cuando ven cómo nos cuesta movernos afuera del agua?
-Cierto.  Dijo Marosa. –Pero es que es tan gracioso ver un pingüino caminando entre las piedras…
-¿Te causa gracia un pingüino? Entonces mírate en un espejo, porque ver una foca arrastrándose sobre su panza fuera del agua, ¡si que causa gracia!.
-Bueno no empecemos con agresiones.  No copiemos a las personas en eso.  Yo no me burlo de los pingüinos y tú no te burles de las focas…
-Está bien, tienes razón.  Sigamos siendo amigos…
Mientras escuchaban el ruido del viento que arrastraba la nieve, Borravino comentó: -¿Sabías que los pingüinos somos aves que no vuelan?



-Si lo sabía. Dijo la foca, sonriendo.  -Pero te cuento que escuché a unos científicos que decían que el famoso investigador Jacques Cousteauhizo una vez una película llamada “El vuelo de los pingüinos”, donde mostraba cómo se deslizaban raudos por debajo del agua, como si volaran.
-¡Si! Es cierto.  Un pariente mío participó en esa película y lo conoció a Cousteau cuando estuvo por acá.
-Qué interesante, dijo la foca.  -Me contaron que navegando en su barco el Calypso, dejó muy valiosos testimonios de la vida en la Antártida...
En eso, la ventisca arreció. 
El anemómetro de la base marcó 96 nudos, o sea casi 200 kilómetros por hora de velocidad del viento y todo quedó blanco y helado. 
Marosa aplastada contra el piso observaba la nieve que volaba sobre su cuerpo y Borravino, que estaba entusiasmado con su pariente el artista de cine, seguía contando historias y desatendiendo la fuerza del viento, abrió sus alitas haciendo cómo si volara en el agua… y entonces, una ráfaga que superó en fuerza a las anteriores, lo encontró en pose de volar… y se lo llevó por los aires, dándole un terrible revolcón. 
Tapado de nieve y mancillado su orgullo, el pingüino tuvo que correr a refugiarse tras el corpachón de Marosa, que riéndose le cantaba: -el pingüino volador… el pingüino voladoooor...  Pero lo acogió a su lado, protegiéndolo como buena amiga que era, mientras les decía: -Despidámonos Borravino, acurrucaditos acá en la nieve, disfrutando la ventisca, en tu día, el Día del Pingüino.
-oOo-

Y colorín congelado,
Este cuento,
Ha terminado  


¿Pueden volar los pingüinos?

No, no pueden. Perdieron la capacidad de volar hace miles de años. Un estudio científico publicado en National Geographic explica que los pingüinos se adaptaron a su actual entorno, modificando su cuerpo para nadar bajo el agua, a la vez que perdieron su capacidad de volar.

Igualmente, la BBC publicó hace unos años, un video donde hacen una broma sobre el vuelo de los pingüinos, que está muy bueno y aquí nos explican cómo lo hicieron:


Para saber más

VENTISCA
Tempestad de nieve pulverizada, a veces acompañada de pequeños cristales de hielo, arrastrado por un viento violento que reduce la visibilidad a cero.
BLIZZARD
La voz blizzard significa "ventisca" en inglés. En español se asocia normalmente a una ventisca de nieve o nevasca en las regiones polares.
NEVASCA
Una nevasca o viento blanco es una tormenta de nieve y hielo, con precipitación de nieve en fuerte intensidad, donde las temperaturas son muy inferiores a 0ºC. Una nevasca acompañada de vientos fuertes puede ser llamada ventisca o ventisca de nieve.